Para descifrar el lenguaje oral y el escrito de cualquier idioma, el cerebro activa áreas comunes.
El inglés y el hebreo son lenguas
opacas, en las que no se lee igual que se escribe. El castellano es justo lo
contrario, porque cada letra tiene un único sonido. El chino tiene un alfabeto
logográfico, en el que cada signo representa una palabra. Son idiomas muy diferentes
entre sí donde que se escribe, se lee y se habla de maneras muy distintas. Sin embargo,
en los cerebros de sus hablantes se activan áreas comunes tanto para
descifrar el lenguaje escrito como el oral.
Se ha
demostrado que tanto al leer como al escuchar palabras se activan áreas
cerebrales comunes. Pese a que cuando leemos un texto o escuchamos una voz
percibimos esos estímulos a través de sentidos distintos (la vista y el oído,
respectivamente), hay zonas de nuestro cerebro que se activan cuando llevamos a
cabo cualquiera de esas dos tareas.
Ese solapamiento entre las redes neuronales de lectura y comprensión de la
lengua se ha observado en los cerebros de los hablantes de las cuatro lenguas
analizadas, por lo cual los investigadores consideran que se trata de un
principio universal.
En este trabajo, publicado en la revista Proceedings of the National
Academy of Sciences (PNAS), los investigadores han estudiado los cerebros de 84 voluntarios, 21 por
idioma. Mientras se les hacía leer o escuchar diversas palabras, se analizó su
actividad cerebral mediante una técnica conocida como resonancia magnética
funcional, gracias a la cual se pueden observar las regiones cerebrales
implicadas en una tarea determinada.
Se escogieron 4 idiomas muy diferentes entre sí (inglés, español, hebreo y
chino) para observar mejor la manera en que se lee y se comprende el lenguaje
oral en cada idioma.
Dado que el
español se lee igual que se escribe y en inglés o en hebreo no, se podría
pensar que en un hablante de estas últimas lenguas se deberían activar redes
cerebrales diferentes, y sin embargo no es así: se activan las mismas regiones en todos los idiomas, también en el
chino, que sigue un sistema totalmente diferente.
Así, se produce una convergencia entre ambas redes, ya que la red cerebral
dedicada a la comprensión de la lengua hablada sirve como andamio para la
lectura. Esto implica una cierta economía en la organización cerebral:
seguramente sería poco eficiente tener dos sistemas de lenguaje totalmente
separados o con poca convergencia entre sí para la comprensión y la lectura,
especialmente cuando uno de ellos se ha desarrollado previamente.
Convergencia entre redes neuronales
Los investigadores interpretan que el
proceso natural del aprendizaje nos lleva a desarrollar, a partir de los
primeros meses de vida, la red neuronal encargada de comprender el lenguaje
oral, y que sobre ella se apoya la red que se ocupa de descifrar el lenguaje
escrito cuando aprendemos a leer, hacia el final de la primera infancia.
Nota del editor: la importancia de este artículo radica en demostrar, mediante nuevas
técnicas de Resonancia Magnética Funcional, la complejidad de la red del
lenguaje; donde las áreas clásicas del lenguaje (Broca y Wernicke) del
hemisferio izquierdo son integradas y complementadas con otras regiones
cerebrales. Por otra parte, contar con estudios de este tipo en diferentes idiomas realiza un aporte
invaluable para el conocimiento de la neurociencia.
Lic. Liliana Sabe para Verbaloop
Fuente:
'PROCEEDINGS OF THE NATIONAL ACADEMY OF SCIENCES', JANO.es · 3 diciembre 2015