El exceso de tensión cognitiva y emocional repercute en nuestro cuerpo
Evolutivamente, nuestro cerebro no está preparado para procesar la sobrecarga de sms, chats, WhatsApp, mails, Facebook, Twitts simultáneamente y en unidades breves de tiempo.
La demanda interna y externa resulta demasiada. Nos sobrecargamos y no encontramos capacidad de respuesta y nos consideramos ineficientes. Es allí cuando sobreviene el estres.
Saber adaptarse a las circunstancias es clave. Evitar la rigidez personal y no excusarnos dieciendo "bueno, yo soy así". Estamos dentro de un gran pajar, donde debemos despejar el trigo de la paja; solo de esa manera podremos alimentar nuestro cerebro.